lunes, 10 de marzo de 2014

Fotos de la infancia

En esta tarea me gustaría que pases un rato agradable leyendo esta tierna historia que he compuesto imaginándome cómo pudo ser uno de los capítulos inolvidables de la infancia de este niño que ves en la fotografía. Por cierto, por si lo estabas pensando he de decirte que esta vez no soy yo, es un compañero de clase.


Una noche mágica
Aquel era un día muy especial, eran sus segundas navidades y Dani se disponía a celebrar junto a su familia una de las noches más mágicas del año y más especial para cualquier niño: ¡La noche de Reyes! Como todos los años, después de cenar la familia de Dani se reunía en torno a la chimenea con una taza de chocolate caliente y un trozo de roscón. Y compartían risas, recuerdos, y alguna que otra partida de cartas. Mientras tanto el resto de los niños de la casa las primas y los dos hermanos mayores de Dani, comentaban lo que habían escrito en la carta para ese año,  emocionados y nerviosos  por no saber si a sus majestades les habrían llegado correctamente los encargos. Sin embargo aquella noche Dani se había apartado del bullicio para sentarse en el sofá, disfrutando de uno de sus villancicos favoritos, “Ya vienen los Reyes Magos”.
Tan concentrado estaba en la canción que su madre le tuvo que repetir un par de veces que era la hora de ir a la cama. Asique tocaba limpiar los zapatos, colocarlos debajo del árbol, y no olvidarse de poner un vaso de leche con galletas y un cubo de agua fresca para los camellos, junto al belén. ¡Ah se me olvidaba no podía faltar la tradicional fotografía que, sus padres muy orgullosos, solían hacerle antes de que llegara el gran día! Además aquella noche Dani, lucía muy elegante el peto de cuadros y su camiseta verde a juego, que sus abuelos le habían regalado por su cumpleaños.
A la mañana siguiente Dani como buen madrugador fue el primero de todos en levantarse, y sin pensarlo dos veces, se dirigió al salón, sigilosamente de puntillas, sin hacer apenas ruido. Tres, dos, un metro le separaba de la puerta, cuando cerró los ojos, respiró profundamente y al abrirlos se sintió el niño más feliz del mundo porque todos sus sueños se habían hecho realidad.